La madrugada del Lunes 16 de abril de 1935, sucedió un horrendo crimen en la ciudad de Barranquilla, cuando, de manera brutal y despiadada, fue asesinada, mediante estrangulamiento, doña Catalina viuda de Meek, la muy respetada y querida propietaria de la famosa Pensión Inglesa. Un crimen del cual, en su momento, no se encontraron culpables. Sin embargo, 70 años más tarde, el autor de esta novela supo dar con los nombres de los verdaderos asesinos.