Gritos, ruidos a deshoras, pasillos y ascensores sucios, impagos de la cuota de la comunidad de propietarios... En un vecindario hay cientos de molestias que, de no evitarse o solucionar a tiempo, se convierten en un problema enquistado y de muy difícil remedio. Para evitar conflictos, lo mejor es prevenirlos y ser respetuoso, sin olvidarse de conocer los derechos y las obligaciones