FERNÁNDEZ ZOTES, OCTAVIO
En la vida, como en una sucesión casi ininterrumpida de estados de ánimo, hay momentos en que el azar envía brumosos cambios que nos sumen en un abismo de contradicciones, de indefiniciones: los amores, el dolor, las amenazas, las incertidumbres, pérdidas, olvidos?que la hacen más ambigua. Surge entonces un esfuerzo por asirse a lo que aún queda de lo que fue y no termina de ser del todo, de lo que pasó y que aún sigue pesando en lo presente.
Fantasías de un ser solitario izando el grito; un grito hondo contra todo y contra mucho más. Y escribe contra sí mismo, y a un tiempo, escribe en defensa propia.
Mas ¿de qué sirve un grito sordo, de qué una pluma sola erizada contra el viento? ¿Un huésped perenne de un delirante laberinto?
Toda una larga sombra batallando contra los otros yos que no se resignan a renunciar a la luz de los candiles apagados. Luz para «los otros todos que nosotros somos».