CALDER, RICHARD
Babilonia (Babylon, Richard Calder, 2006) nos transporta hasta el Whitechapel de 1888, hasta un Londres victoriano por el que campa a sus anchas Jack el Destripador. Allí, nos encontraremos con Madeleine Fell, nuestra protagonista, una joven que siempre ha soñado, desde que era pequeña, con Babilonia; pero no con la Babilonia en la que se había convertido, por su degeneración, parte de ese Londres victoriano en el que vive, sino con una Babilonia Mesopotámica existente en una dimensión paralela que se comunica con nuestro plano existencial por medio de unos Portales Interdimensionales: un mundo poblado y gobernado por las prostitutas sagradas de Ishtar; un mundo tan exótico, alienígena y subyugante, como peligroso, oscuro y mortal.
Mitología mesopotámica, ocultismo nazi, conspiración Illuminati, la sempiterna unión del Eros y el Tánatos, la búsqueda de la propia identidad en la adolescencia, o la exaltación del amor fou, son algunos de los elementos de los que el talentoso y visionario Richard Calder se vale para componer una obra tan sensual, decadente, barroca, embriagadora, impactante, excesiva, mágica y bizarra, como lo es Babilonia.
Richard Calder (1956, Londres) es un eminente escritor de ciencia ficción, dotado de una imaginación y una visión únicas, que comenzó su carrera literaria en 1989 con diversos relatos. En 1993 debutaría en el campo de la novela con la obra Chicas Muertas (Dead Girls), la primera parte de una oscura trilogía en la que daba una oscura y cínica visión del mundo en el que vivimos (donde se nota la influencia de los años que pasó en Tailandia) y que le valió que se le comparase con autores de la talla de Alfred Bester, William Gibson o J. G. Ballard.
Entre otras obras, cuenta en su haber con los libros: Dead Boys (1994), Dead Things (1996), Cythera (1998), Frenzetta (1998), The Twist (1999), Malignos (2000), Impakto (2001), Lord Soho (2002) o Babylon (2006).
"El autor más fascinante de la ciencia ficción contemporánea" (Lucius Shepard)
"Oscuro, punzante, y dotado del grado justo de lirismo" (William Gibson)
"Siempre he admirado la visión personal de Richard Calder. Un trabajo muy recomendable y original". (Michael Moorcock)
"Inquietante, genuinamente exótico e inteligentemente feroz" (Paul McAuley)