PINTO CAÑÓN, RAMIRO
Estamos ante la historia de un paisaje peculiar, con sus gentes, su mundo, su fugacidad. Un lugar que acabará trasformándose y desapareciendo bajo el asfalto. Un espacio y tiempo que no se crea ni se destruye, se trasforma. Un campo convertido en chalés, donde un cabrero acabará cuidando la piscina de la colonia de veraneantes. Pero ese paisaje de campo se va convirtiendo en un otro interior para el personaje central a lo largo de los años, mediante la lectura y la experiencia de vivir, de conocer a personas variopintas.
Es la historia de una transición que pasa de una manera de ser y de existir a otra, que se manifiesta en cada ámbito de la vida: la política con el paso de una dictadura a la democracia, viendo cómo sucede en la vida cotidiana con sus contradicciones, a veces con dosis de humor. Lo que la Historia no cuenta, la literatura lo enseña. En el sistema educativo, cuando comenzó la EGB y el BUP, el paso de clases de sólo chicos o chicas a clases mixtas, la amistad, la atracción de las mujeres. El paso de la niñez a la adolescencia, de ésta a la juventud, del colegio a la universidad. En tomos sucesivos se irá ampliando esta trasformación alquímica, a modo de una metamorfosis, pero en este cambio se verá cómo se fraguan y construyen los sueños de un joven que luchará por conseguirlos.
El hijo de un director de orquesta y diversos personajes son prototipos, modelos o más bien arquetipos de una sociedad que parece hoy un pasado lejano, y sin embargo se verá reflejada en el mundo moderno, por otra parte tan diferente en la apariencia de las formas. Cada persona que aparece seguirá acompañando al protagonista, Chirimiri, bien en presencia o en forma de recuerdo, para ver a través de ellos la transición de una manera de ver el mundo a otra que es vivida desde la cotidianidad. Ninguna persona se refiere a nadie en concreto. En realidad el protagonista con el coro de personajes excepcionales y de la media social forman un solo personaje: el ser humano.
Literariamente podrá comprobar el lector cómo la narración lleva un fondo musical que marca la melodía de una zona de veraneo, en la sierra, otra en la gran ciudad. Con diversos movimientos según los sucesos. Luego vendrán otros dos modelos orquestales en la siguiente parte, como la de un pueblo rural y una pequeña ciudad, con nuevos personajes. Una larga novela escrita a lo largo de quince años como rebelión a los mensajes limitados de las redes sociales, de los Whatsapp, para invitar a la lectura como una aventura interior, en la que se recorre el mundo de los libros, de las ideas, de los sentimientos en sus diferentes formas, de manera que se entrecruzan y mezclan la vida con la literatura. Leer como rebelión. Escribir como espejo del alma.
Profesores, sean de literatura, filosofía, matemáticas y demás van dejando sus huellas a modo de enseñanzas, pero también los escritores que chocan por casualidad con los jóvenes. Una tertulia sin nombre, un poema anónimo clavado en una pared. Así desde la sencillez de vivir se podrá observar la complejidad de la existencia.
Tiene el lector en sus manos un trozo de mundo, siendo él quien ponga las notas finales de esta partitura literaria, en la que cada historia lleva consigo muchas emociones.