GALAN ILIA
El modelo de las democracias actuales parece haber caducado ante las nuevas posibilidades que la tecnología permite con un sistema más profunda y extensamente democrático. El derrumbe de la confianza en los partidos tradicionales con la crisis económica a principios del nuevo milenio muestra un fenómeno global, harto de nuestras ineficientes demoligarquías. Se reclaman más posibilidades de voto y son posibles nuevas formas de utopía y poder descentralizado ante el nacimiento de e-países, elecciones continuas sobre temas puntuales por la red, etc. La sociedad del conocimiento y la comunicación puede traer nuevos modelos de gobierno de sabios o meritocracias que eviten los datapartidos, usando los algoritmos no como señores sino como servidores.