ROBLES, ANTONIO
El 7 de junio de 2005, el periodista Jordi Bernal se encaminó a la plaza Real de Barcelona para asistir a la presentación del Primer Manifiesto de Ciutadans de Catalunya. La mañana invitaba al extravío, "el cielo estaba sin adjetivar" y el joven Bernal, avezado husmeador de lencerías, ignoraba que a la vuelta de su distraimiento le aguardaba la Historia: "quince intelectuales promueven la creación de un partido no nacionalista en Cataluña".
No es descabellado afirmar que, cuando el seísmo truncó el paisaje y los morigerados se echaron a temblar, Jordi Bernal estaba ya en el epicentro del relato.
Sus crónicas son el testimonio veraz de una aventura política sin precedentes en España. No hubo acontecimiento que no dejara una huella (o acaso una muesca) en la Moleskine de campaña de Jordi Bernal, que asumió la melancólica condición de "compañero de viaje" y demostró que es posible mancharse sin tomar partido.