PASTOR, FRANCISCO
Bajo diferentes siglas y cada vez más pintorescos colores, no pocas voces anuncian el final de la izquierda y la derecha. Los partidos políticos se entregan a fichajes de vocación futbolera y presentan, en sus programas, una entusiasta ensalada de propuestas «razonables» y «universalmente» atractivas. Pero la ausencia de discurso es un discurso en sí mismo y, décadas después de que cayera el muro de Berlín, los bloques siguen chocando: quizá haya algo de natural incluso de conveniente en que nuestras explicaciones del mundo se dividan en dos.
Este ensayo de filosofía política se pregunta qué fue de la vocación partisana a la que nos entregamos en el pasado, así como lamenta la perversión de ideas como la ciudadanía o la igualdad. Al tiempo, denuncia los relatos que nos invitan a olvidar el ideal de la emancipación y a tomar, en cambio, el atajo de la libertad: ésa para la que el capital dispone un feliz catálogo de atavíos, ocios y estilos de vida fabricados de antemano. Somos libres para aquello que nos propongamos, siempre que la subversión nunca vaya más allá del gesto.