FERNANDO MARTÍNEZ PARIENTE
Un día de octubre de 2009 saqué de una estantería de mi casa varias
carpetas llenas de vetustos documentos, algunos con más de seis siglos
de antigüedad. Llevaban allí casi cuarenta años, desde una vez en que,
con mis padres, siendo niños mi hermano y yo, fuimos a visitar las ruinas
de El Caserío, una vieja casona que fue propiedad de mi familia.
Allí los encontramos abandonados, a merced de los elementos. Mis padres
se dieron cuenta de su importancia y entre los cuatro los recogimos todos
y los metimos en el coche.
Lo que empezó ese día del otoño de hace catorce años no ha terminado
todavía. Nunca imaginé lo que llegaría a encontrar, y aún menos a dónde
llegaría a partir de lo que encontré. Tampoco que esa labor se convertiría
en el centro de mi vida durante más de una década.
Descubrí a personajes que me plantearon no pocos enigmas: ¿Era leonés
el artífice de la toma de Alhama de Granada que, a la postre, abrió el camino
a la culminación de la Reconquista? ¿Utilizó el Capitán Cook mapas de un
leonés durante su primer viaje alrededor del mundo? A preguntas como
estas creo poder responder que sí.
En estas páginas descubriremos cómo una decisión aparentemente trivial
que un día tomé me llevó a descubrir las apasionantes andanzas de multitud
de personajes (santos y pecadores, viajeros y sedentarios, potentados y
peones, sabios e iletrados) que de otro modo se habrían perdido en la
niebla del olvido para siempre.