ÁLVAREZ, TOMÁS
Veremos pues en este trabajo viajeros sencillos que caminan de la mano con la Necesidad, junto a magnates que llevan con ellos cocinero y acémila cargada de productos alimenticios, para nutrir abundantemente los recovecos del aparato digestivo. En el texto veremos viajes austeros de vino y pan; cenas miserables de un mendrugo untado con ajo, y descansos nocturnos sobre un suelo, frío y duro, con sólo unas briznas de paja como colchón. Y junto a este ascetismo, la riqueza de la mesa de los palacios, y la gula reinando en los refectorios de los conventos. Por el Camino marcharon los ascéticos y los tragaldabas; golfillos que huyen de la miseria, pecadores que buscan el perdón, ladrones que vivirán a costa de los caudales de los compañeros de viaje y aristócratas que quieren conocer mundo y solazarse en las cortes de los países que cruzan... Todos necesitarán comer, porque el alimento les ha de proporcionar la energía necesaria para llegar al destino.