JENNER, EDWARD
El presente libro, titulado en el original An Inquiry into the causes and Effects of the Variolae Vaccinae, a Disease Discovered in Some of the Western Counties of England Particularly Gloucestershire- Known by the Name of the Cow Pox, es por lo tanto una de las obras mas importantes de la medicina. En él encontramos un estilo solido y preciso reflejo de un pensamiento científico riguroso que no deja de sorprender en un médico rural del siglo XVIII. Su lectura es fácil y agradable por su concisión y belleza literaria, muy lejos de lo que pudiera pensarse a priori de un libro de estas características. Pero es necesario dar algunas claves para entender su contenido. En primer lugar hay que situarse en su contexto cultural: todavía transcurría la Revolución Francesa al otro lado del Canal de la Mancha, en el continente Beethoven componía sus obras y la revolución científica realizada por Newton tan sólo 50 años antes ya había calado profundamente en la sociedad y en su visión desacralizada de la naturaleza. Inglaterra, el país de Jenner, era una gran potencia mundial, que empezaba a manifestar su revolución industrial, gozaba de una libertad sin parangón en el resto del mundo y disponía de varias sociedades científicas lideradas por la Royal Society.
Tenemos después que detenernos en el título. En aquella época muchos libros empezaban igual que el de Jenner, An Inquiry into
, por lo que su formato no es una novedad. Tampoco lo es el referirse a la enfermedad de la que trata en latín y en plural, variolae vaccinae, en inglés small pox y en español «viruelas vacunas», algo también habitual en la época. Pero tenemos que destacar aquí que es usual encontrar traducido este título en la literatura médica como «Una investigación sobre
la vacuna de la viruela», lo que es un error que desgraciadamente se ha perpetuado. Jenner escribió en el original variolae vaccinae, es decir «viruelas vacunas», porque hablaba de una enfermedad de la que se valía para prevenir otra muy parecida, la viruela humana. Jenner nunca habló de vacunas, sino de inoculaciones (término registrado por primera vez en una carta escrita por Emanuele Timoni a la Royal Society en 1713 al referirse a la técnica de variolización). Más tarde, hacia mediados del siglo XIX, las «inoculaciones de la viruela vacuna» se abreviarían a «vacunas» y el término sería utilizado por Louis Pasteur en 1881 para referirse a su preparado profiláctico frente al ántrax, precisamente en honor a Jenner, y a partir de ahí su uso se generalizó por todo el mundo con este significado.
También hay que señalar que a lo largo del libro Jenner se refiere muchas veces a un «virus» como causa de la viruela vacuna. Esto es sumamente llamativo, ya que en el siglo XVIII no se conocía la existencia de los virus ni de ningún otro microorganismo. Un análisis más detallado del asunto nos revela que Jenner empleaba este término no en el sentido actual de una forma de vida minúscula sino en el que tenía en latín de «sustancia venenosa que produce el organismo en determinadas enfermedades». Sí fueron en cambio reales y visionarios sus comentarios en el libro sobre los peligros de la convivencia estrecha entre animales y seres humanos en cuanto a los cambios que pueden sufrir las enfermedades de los primeros para afectar a los segundos. Pero Jenner también cometió errores. En el libro se afirmaba que la viruela vacuna tenía su origen en una enfermedad de los caballos llamada «grasa», a partir de la cual se afectaban las vacas y después los seres humanos. Pero ahora sabemos que la grasa equina es tan solo una enfermedad bacteriana que se produce en los talones de los caballos, en especial en épocas de lluvia y que nada tiene que ver con las viruelas vacuna ni humana. Jenner también afirmó erróneamente que la viruela vacuna protegía frente a la humana durante toda la vida. Probablemente Jenner hubiera sido más preciso en este punto si hubiera dispuesto de un mayor tiempo de observación de sus pacientes inoculados.
Pero lo más importante es que Jenner no se equivocó en lo que eran los elementos básicos de su teoría: que la viruela vacuna protegía frente a la viruela humana, que el factor protector podía propagarse mediante la inoculación a través de varias personas y, muy importante, que este procedimiento no causaba muertes. La técnica de Jenner se extendió por todo el mundo y salvó millones de vidas. Su éxito último fue la eliminación total de una enfermedad grave que nunca tuvo un tratamiento eficaz y que la OMS declaró oficialmente erradicada en 1980.
Usted tiene ahora la oportunidad de disfrutar con el relato de un experimento que un humilde médico rural hizo hace 200 años y que consiguió marcar un hito en la historia de la humanidad. La edición del libro se ha cuidado rigurosamente para que usted tenga la sensación de leer la primera edición original que el propio autor preparó y financió, pero en español: el tamaño del libro, el tipo de letra, la distribución del texto, la calidad del papel, su encuadernación, los reclamos al final de cada página que anuncian la primera palabra de la siguiente, las notas para el encuadernador al pie del texto en letras mayúsculas, la fé de erratas que sólo la primera edición tiene, el peculiar uso de las mayúsculas de su autor y tantos otros detalles. Todo le hará sentir como un ciudadano del siglo XVIII que lee ávido una novedosa forma de acabar con una plaga que afecta cruelmente al mundo en que vive.
Disponible de dos acabados, uno que denominamos "lujo" encuadernado artesanalmente: En piel con guardas en portada, hechas a mano y encuadernado en el mismo estilo en "holandesa" que utilizó el autor y que era frecuente en siglo XVIII en Europa. El otro acabado imita la encuadernación anterior, para poder llegar a todos los presupuestos.