ALONSO PELEGRÍN, EMILIANO
Hacer lobby es una actividad profesional y necesaria. El 86% de los políticos opina que el lobby mejora su trabajo (Burson-Marsteller, 2013) y las empresas reclaman lobbistas para hacer frente a las amenazas regulatorias (KPMG, 2012).
En Bruselas hay treinta mil lobbistas y casi nueve mil organizaciones inscritas en el Registro de Transparencia sujetas a normas deontológicas.
Mientras Europa es una democracia representativa en construcción con veintiocho países en busca de su demos, da ejemplo de democracia participativa a través de los lobbies, verdaderos arietes de la sociedad civil en los centros de poder.