LINDE PANIAGUA, ENRIQUE
La transparencia de los poderes públicos y la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos son los nuevos paradigmas que rigen el ejercicio del poder de nuestro tiempo. Paradigmas que son fruto de la nueva posición de los ciudadanos en las sociedades democráticas más avanzadas de nuestro tiempo. Pero lejos de poder afirmarse que dichos paradigmas se hayan realizado plenamente lo cierto es que estamos al principio de un proceso de reconversión del ejercicio del poder que no ha hecho sino comenzar.
En España y en la Unión Europea se están produciendo avances muy significativos en materia de buena gobernanza, hasta el punto de poder decirse que la Unión Europea y sus Estados miembros suponen la vanguardia en esta materia. Pero son muchas las tareas que quedan por hacer. Hemos podido comprobar que la regulación de la transparencia tiene algunas deficiencias significativas, aunque deben valorarse positivamente los tímidos avances que han tenido lugar. Mayores déficits se aprecian en lo relativo a la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos, más allá de la regulación de la participación en la elaboración de leyes y reglamentos que es estimable. Por ello los legisladores deben seguir profundizando en la aplicación de los principios de la buena gobernanza.
