ÁLVAREZ RODRÍGUEZ, IGNACIO
El escrito que el lector tiene en sus manos obedece a tres grandes razones. La primera es la vocación de hacer un texto para que el alumno goce de herramientas adicionales para reflexionar sobre los principales retos que tienen hoy las Constituciones modernas, pero sin abrumarle con normas, sentencias y textos farragosos. Pretende ser una creación pegada a la realidad, no alejada de ella.
La segunda es el deseo de que ese texto fuera una continuación de la conversación que se da muchas veces en eso que algunos llaman minutos de la basura en el baloncesto pero que, desde mi modesta experiencia docente, suelen ser los mejores de una clase, porque es donde surgen muchos interrogantes jugosos que lamentablemente se quedan en el tintero por falta de tiempo.
La tercera es la pretensión de que sea un texto ameno y cercano, un texto que se entienda (una vez escuché de boca de jurista cabal que la principal crítica que le hacían a sus escritos era
que se les entendía todo).
Ojalá yo consiga que se me entienda. Para tal fin, he preferido eliminar la parte más dura (lo científico) y desnudar algunas ideas expuestas al hilo de obras de referencia (lo divulgativo). No hay que tener miedo a que se nos entienda (creo).
