DÍEZ, VÍCTOR M.
Acostumbrado a caminar por el maravilloso lado zurdo de la vida, Víctor M. Díez (León, 1968) embarca junto a la tripulación de los Bucaneers de Varasek, silbando su canción libremente improvisada.
Todo lo zurdo es un catálogo de desenfoques, poemas de una escritura texturizada por su sonoridad casi salvaje, por su variedad de discursos. Desde las resonancias beat de su poemavudú, a la prosa poética del Diario imaginario de Denardo Coleman, pasando por series tan contradictoriamente volátiles como Haciendo pie o Roto, el autor se delata en su dedicatoria al gran maestro del free jazz, Ornette Coleman: el músico de todas las músicas, uno de los creadores más libérrimos e imaginativos del Siglo XX.
Se ha dicho de la poesía de Víctor M. Díez que es Como un temblor. Una escritura cíclica, envolvente, aunque arraigada en la precariedad. Versos que por momentos abrasan (Olvido García Valdés. ABC cultural. 30 de abril de 2016). Entre sus libros anteriores, cabe destacar título como: Evaporado va, Oído en tierra, Voz fuera de campo, Ser no representable, Discurso privado o Escrito sonámbulo; además de las antologías: Todo espera un fuego y Maldito baile obligatorio, por citar algunos.
En el artículo antes citado, la poeta Olvido García Valdés, añadía: Poesía sonora, poesía escrita. Una escena casi vacía. Una voz que brotara de un muñeco o simulacro que mimara discursos, peligros, afectos. Una voz que anduviera por dentro, haciendo del sentido puro sonido, raro sonido, cavernoso y múltiple, sentido evocado, desplazado. Ocurre así cuando se escucha en escena a Víctor M. Díez, agitador cultural, actor, performer, miembro del grupo SIN RED; poeta de acción, poeta. Su poesía escrita traslada pareja inquietud, igual intensidad.